Las grandes calabazas que se usan para decorar en Halloween no son precisamente las mejores para cocinar. A diferencia de las calabazas de azúcar o las de pastel, que tienen una pulpa densa y dulce, las calabazas grandes se cultivan por su tamaño, por lo que su carne es más fibrosa, acuosa y con menos sabor.
Sin embargo, están llenas de semillas, y tostarlas es una forma deliciosa de aprovechar al menos una parte de la calabaza.
A mí me encanta mezclarlas con harissa y una pizca de sal. La harissa les da un toque picante muy bueno, aunque puedes usar el condimento que más te guste. Ya sea picantes, saladas o con un toque dulce, las semillas de calabaza tostadas son ideales para dar un toque crujiente a las ensaladas o sopas, o simplemente para comerlas como snack. Además, son ricas en nutrientes y antioxidantes, así que no solo son para Halloween.
Receta: Semillas de calabaza tostadas con harissa
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Ingredientes
Semillas de 1 calabaza (unas 2 tazas)
1-2 cucharada de harissa (ajusta según el nivel de picante que prefieras)
1 cucharada de aceite de oliva
Sal al gusto
Preparación
- Saca las semillas de la calabaza con una cuchara.
- Colócalas en un colador y enjuágalas bien para quitar la pulpa. Extiéndelas sobre una bandeja y deja que se sequen toda la noche.
- Al día siguiente
- Precalienta el horno a 175 °C (350 °F).
- En un bol, mezcla el aceite de oliva, la harissa y la sal.
- Vierte la mezcla sobre las semillas secas y remueve bien hasta que estén todas cubiertas.
- Distribúyelas en una bandeja y tuéstalas durante 15–25 minutos, removiendo un par de veces, hasta que estén doradas y crujientes.
- Déjalas enfriar un poco antes de servir. Guarda las que sobren en un recipiente hermético.